Fatges siempre ha estado envuelto por leyendas y historias.
Cuando llegué al pueblo lo primero que me fijé era donde estaba la torre del campanario ya que hay una creencia que dice que quien visita el pueblo y pueda ver el campanario (que en realidad no está porque se cayó) morirá pocos días después de su visita. Gracias a Dios no lo vi y pude visitar el pueblo tranquilamente.
Dicen que el pueblo fue escenario de un triple crimen y el asesino fue encontrado en una cueva después de suicidarse.
También viejas historias de brujería son el centro del pueblo e incluso tiene sus propia versión de la chica de la curva cuando una señora se sube al coche misteriosamente y sentándose a tu lado te advierte del peligro de la próxima curva. Luego desaparece.
Otra de las muchas leyendas dice que una noche de mucha niebla circulando de Mora a Hospitalet de l’Infant, y a su paso por delante del pueblo, la persona que conducía el coche, pasó por en medio de una procesión y salió al otro extremo como si nada.
Corre el rumor de que la gente huyó del pueblo a causa de una serie de hechos misteriosos que ocurrieron concentrados en unas semanas. Quizás por eso es un sitio especial para atraer a la gente a realizar psicofonías.
El antropólogo José Reche recoge en su libro «La soledad inquietante» el parricidio que hubo cuando el pueblo estaba habitado (Jaume de Cal Tabà mató a puñaladas a sus padres y a su hermana) y otro asesinato cuando quedó vacío.
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TArragona MIsteriosa 